Observación directa de Ondas Gravitacionales
Las ondas gravitatorias son oscilaciones en el espacio - tiempo que se desplazan a la velocidad de la luz y son producidas en procesos violentos como colisiones de agujeros negros, estrellas de neutrones, enanas blancas el colapso de núcleos de supernovas y los remanentes del Big Bang, los cuales conllevan una gran cantidad de energía,
Las ondas gravitatorias fueron predichas por Albert Einstein y N. Rosen como consecuencia de la teoría de la Relatividad General, y su fundamento fue publicado en el año de 1937 en su artículo “On gravitational waves ”.
Desde la predicción teórica tuvieron que transcurrir casi cien años debido a que no se tenía la tecnología necesaria con la sensibilidad suficiente para registrar señales tan débiles. Las ondas gravitatorias son similares a las ondas producidas en un estanque al arrojar una piedra, simplemente que en este caso el medio perturbado no es el agua, sino es el espacio tiempo que en la relatividad forma un mallado de cuatro dimensiones.
Durante este siglo, el primer entusiasta en detectar las ondas gravitatorias fue Joseph Weber en 1957 en el cual trato sincronizar la frecuencia de una onda gravitatoria y hacerla resonar. En el experimento, el ruido de fondo se confundió con ondas gravitacionales y Weber anunció su descubrimiento, lo cual despertó el interés de la comunidad científica en este tema.
Dado la precisión necesaria para la detección de ondas gravitatorias se buscaron nuevos métodos más precisos y de mayor resolución, el principal fue la interferometría que consiste en superponer la luz para obtener un patrón de interferencia de esa forma obtener una imagen de mayor resolución.
Un siglo de exhaustiva investigación e innovación tecnológica dio sus frutos cuando el 14 de Septiembre del 2015 se detectaron en el Observatorio por Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales (LIGO), por sus siglas en inglés, las primeras ondas gravitacionales producidas en la última fracción de segundo de la fusión de dos agujeros negros ocurrida hace mil trescientos millones de años. Los detectores gemelos del LIGO localizados en Luisiana y Hanford fueron concebidos construidos, y operados por CALIFORNIA INSTITUTE OF TECHNOLOGY (Caltech) y MASSACHUSETTS INSTITUTE OF TECHNOLOGY (MIT). El descubrimiento fue aceptado y publicado en la revista Physical Review Letters, el 11 de Febrero de 2016.
Es un gran momento para la comunidad científica porque se da un gran paso en la comprensión del universo, pues se confirma la existencia de las ondas gravitatorias, las cuales hasta hoy solamente eran conocidas de forma teórica y que actualmente sabemos que son reales, tan reales como las ondas electromagnéticas. Este descubrimiento también consolida la relatividad general convirtiéndola en una teoría perfecta ya que éste era el único experimento que faltaba comprobar y abre paso a una nueva forma de observar el universo, debido a que hasta hoy el hombre lo ha hecho única y exclusivamente haciendo uso de las ondas electro-magnéticas, iniciando en el visible y luego en espectros de radio, infrarrojo, microondas, rayos X y rayos gamma, cubriendo todo el espectro electromagnético con lo cual hemos engrandecido nuestro conocimiento del Universo llegando a observar hasta épocas cercanas al Big Bang, pero con las ondas gravitacionales tenemos una nueva herramienta de observación en las manos a la cual podemos usarla para escudriñar incluso los primeros segundos de creación del Universo. Descubrimientos tan importantes como éste serán sin duda considerados para la entrega del premio Nobel.
Somos parte de generaciones afortunadas que son testigos de grandes avances y descubrimientos, pues ahora sabemos que el universo se expande de forma acelerada, conocemos la existencia de ondas gravitatorias y la radiación cósmica de fondo, lo cual nos motiva a continuar trabajando para develar los misterios actuales del Universo, cobrando de esta manera mayor importancia proyectos como la Antena Espacial de Interferometría Láser (LISA) proyectado para el año 2020.
Link del articulo cientifico: http://journals.aps.org/prl/abstract/10.1103/PhysRevLett.116.061102
